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Blog personal de Ester y Joel sobre su travesía en bici por Japón durante Septiembre 2015

jueves, 8 de octubre de 2015

Kyoto SIN bici y amigos de Takatsuki

Torrii a la entrada de Fushimi Inari Taisha, Kyoto

Llegamos a Takatsuki, pequeña ciudad entre Kyoto y Osaka, ya de noche. Nuestros anfitriones de Warm Showers nos esperaban desde hacía un par de horas, pero igualmente nos recibieron con los brazos abiertos y las mejores palabras con las que se puede recibir a un ciclista vagabundo después de un día de pedaleo, turisteo y un par de noches durmiendo por ahí: "queréis daros una ducha mientras acabo de preparar la cena?".

Daniel de Reino Unido y Christine de California, una encantadora pareja que conocimos a través de Warm Showers, nos recibieron en su casa por las siguientes 3 noches. Dan hizo su propio viaje en bicicleta a través de Japón hace unos años, y a la fecha está convenciendo a Christine de hacer el próximo juntos, o bien por Korea o por Europa. Llevan viviendo en japón 4 y 9 años respectivamente, y enseñan inglés en distintos grupos escolares. La convivencia con ellos fue estupenda desde el primer momento.



Nuestro plan para Takatsuki, y no es que no hubiera cosas que ver ahí, era tenerlo como campamento base para hacer excursiones en bici de vuelta a Kyoto e incluso a Osaka. Una pequeña parte de mi quería volver hasta Nara. Como quiera que fuera, se comenzaba a ver el final del viaje, y aun no sabíamos como volveríamos a Tokyo, ni cómo llevaríamos las bicicletas.

En el plan original, la ruta acababa en Tokushima, desde donde viajaríamos en Ferry con todo y bicis durante 19 horas a Tokyo. También contemplamos la posibilidad de no llegar a Tokushima, pero no estábamos preparados para lidiar con trenes o autobuses, que ponen muchas restricciones a las bicis a bordo. Todo lo accesibles que son hacia las bicicletas en las calles y ciudades, son todo lo contrario para subirlas a transporte público. Para subir la bici al tren, por ejemplo, es necesario desarmarla, por lo menos quitarle las ruedas y pedales, y meterla en una bolsa. Es imperativo que no ensucie y que no moleste a los otros pasajeros: no hay 'vagón para bicis'. Era el último recurso, pero queríamos evitar a toda costa tener que viajar en tren, con las bicis desarmadas y empacadas, más 4 alforjas y dos mochilas, cambiando de trenes y corriendo entre andenes. Los autobuses, nos habían dicho que variaba mucho entre compañías y destinos. Y a todo esto, había que añadir el factor "ikura des ka?", o sea "cuánto cuesta?". Daniel y Christine fueron de extrema ayuda para resolver estos problemas logísticos.

De vuelta en Takatsuki llovía. Había otro tifón en algún lugar al sur de Japón. Recordamos lo terrible que fue tratar de turistear en bici bajo la intensa lluvia, como en Ise. Aquél día había acabado bien, porque en media hora estábamos de vuelta a la guest house con ducha caliente. Pero en este caso, ir a Kyoto bajo la lluvia involucraba pedalear bajo ella por dos horas de ida y dos de vuelta, más lo que hiciéramos en Kyoto a pie. Decidimos con dolor, dejar las bicis y viajar en tren como los mortales.

Las dos horas que hicimos el día anterior en bici, se hicieron en 15 minutos en tren. Considerablemente menos mojados, pero no de mejor humor, hicimos un cambio de trenes más antes de emerger en Inari, para visitar el famoso Fushimi Inari Taisha: Un enorme parque / santuraio donde miles de Toris rojas se forman a través de un largo camino que sube a la montaña, recorriendo varios templos a distintas deidades en una peregrinación de un par de horas que solo puede hacerse a pie.






























 El recorrido es fantástico, incluso bajo la lluvia que le añade misticísmo y niebla. Vale la pena hacer todo el recorrido de 4 Km por el bosque, subiendo escaleras empinadas entre un sinfín de Toriis naranjas.
 



 



Al terminar, degustamos snacks locales y bocadillos de arroz. Volvimos a coger el tren, como vulgares guiris peatones, y nos dirigimos al Kyomizu Dera, un antiguo templo de madera, de hecho la construcción de madera mas antigua del mundo que se conserva de pie!!
















 









Algunas partes estaban en restauración, pero lo que se podía ver y las vistas que había eran fantásticas.

Al salir del templo caminamos por las callejuelas típicas y en un momento y sin querer, estábamos de nuevo en Gion. Tomamos una última cerveza en un bar muy guapo, pero con un dueño algo antipático, y buscamos el tren de vuelta a Takatsuki.



hoy amortizamos el selfie stick!


bar guapo, dueño antipático


De vuelta con nuestros anfitriones, habíamos quedado para cenar en un restaurante de Yakitoris: brochetas / pinchos! Nos dimos un atracón de pollo, zetas, cerdo, queso, verduras, arroz asado, y sendas cervezas. Daniel y Christine hablan buen japonés y saben perfectamente lo que hay que ordenar. Todo estaba delicioso. Volvimos a su casa a concluir la velada charlando y tomando la última chela y el postre.


(No dejen de visitar el blog sobre el viaje de Daniel: Travels with Chari. Hizo una envidiable vuelta por Japón! Está en inglés.)






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