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Blog personal de Ester y Joel sobre su travesía en bici por Japón durante Septiembre 2015

martes, 15 de septiembre de 2015

Subiendo al Fuji me hice religioso (un rato)


A la mañana siguiente, despertamos con el sol, como a las 6am. Aquí el sol sale y se pone demasiado temprano. Aun estaba todo mojado, pero el cielo estaba despejado. Desmontamos el campamento y seguimos al Oeste sobre nuestra ruta planeada: rodear el monte Fuji de Este a Oeste por el Norte, recorriendo la región de los 5 lagos.

El primer destino sería el pueblo de Doshi, un punto intermedio en el ascenso hacia la meseta de las faldas del Fuji. Ahí planeábamos comer algo para recobrar fuerzas y llegar hasta Yamanakako, el primer lago, que por cierto, tiene forma de ballena! Sabíamos que sería duro, que sería casi todo subida y que algunas pendientes tenían ángulos de ascenso muy pronunciados. No importa tanto que haya una subida larga si ésta es tendida; es cuando la pendiente es muy pronunciada que realmente cuesta trabajo subirla en bici cargando equipaje. Pero sabíamos que nos esperaba de todo: las peores subidas del viaje serían en este trayecto.

Hasta ahora, nuestros viajes en bici habían sido relativamente planos: Lo más difícil había sido las curvas al rededor de Tossa de Mar, cerca de Barcelona. Sólo recordar ese camino hace que me duelan las rodillas! Ni siquiera las curvas del Garraf fueron tan fuertes. Subir cada día a nuestra casa en Vallcarca i Els Penitents también nos envalentona, pues es bastante duro en comparación al resto de Barcelona. De chico subía al Desierto de los Leones, que además está a más de 3000m de altura, pero eso fue hace muchos años. Lo que nos esperaba era peor que todo lo que habíamos conocido...

El Paisaje era hermoso. Poco a poco se acababan las áreas de ciudad, las gasolineras, los Seven Elevens, el tráfico, y afloraba el Japón Rural: bosques inmensos y frondosos, ríos, montañas, pueblecitos pintorescos, campos de cultivo. A donde miraras había algo encantador. Varias veces paramos durante el ascenso a tomar fotos (y descansar un poco) en zonas despobladas o habitadas por 2-3 casitas y sus huertos. Y todo el tiempo, había algún río en paralelo a nuestro camino. Olía a campo, a leña y a té verde.

Cuando faltaban pocos km se anunciaba “Restaurante Horo Horo Doshi 5 km”... “Restaurante Horo Horo Doshi 3 km”... “Bienvenidos a Doshi, Restaurante Horo Horo 1km”. Ya me estaba saboreando lo que fuera que el Horo Horo pudiera ofrecer! Muchas veces comemos “lo que hay”, pues escoger no es fácil con un menú en japonés. Pero cuando llegamos al pinche Horo Horo estaba cerrado. Me sentí como Homer Simpson tras el 'Flaming Pete's'. Encontramos una tienda atendida por una viejecita de lo más pintoresca. Compramos una cerveza, unas sopas instantáneas (que por cierto están mucho mas buenas que las que llegan a España y México! Nada que ver con las Maruchan!), y las comimos en una mesita a la orilla del camino, al lado del río.



 
(Ustedes perdonaran las fotos mal giradas)

Descansamos una hora
y el siguiente tramo fue el más duro. La subida no cesó: se incrementó la inclinación, cada vez que parecía que iba a terminar tras una curva, había otra subida. Las piernas estaban al límite! Tuvimos que parar varias veces a descansar un minuto. Empujar la bici a pie no es opción, pues con el peso que llevan encima es casi imposible; es mejor pedalear en la velocidad mas lenta, es igual de duro que caminar. Fue tan duro que por momentos me hice creyente y recé a todos los santos de todas las religiones para que me dieran fuerzas y acabara la subida.
 

Después de 15km de subida infame, y un túnel que atraviesa la cima del cerro, por fin bajada. Pasamos de subir a 6 km/h a bajar a 60 km/h! Agradecí a todos los santos y disfruté como en una montaña rusa!

Al terminar la bajada ya estábamos en Yamanakako y comenzaba a hacerse de noche. Eran como las 5:30pm. Nos abrazamos frente a un Seven Eleven y buscamos un lugar para dormir en la zona. Aun hicimos unos 5 km mas, en plano, hasta un camping. 

Tras montar la tienda, hicimos otros 3km para buscar algo de cenar. Necesitábamos una recompensa por el esfuerzo y recuperar fuerzas, pero el pueblo estaba lejos y casi todo estaba cerrado. Encontramos una pizzeria italiana y casi sin mirar el precio entramos y devoramos las mejores pizzas del mundo (lo que hace el hambre), cervezas y postre de chocolate!! 3km de vuelta al camping y a dormir.

Recorrido total del día: 79km
La altitud llegó a los 1200m sobre el nivel del mar.









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