parque de baseball donde dormimos |
Esta vez nos costó encontrar dónde, pero en cuanto encontramos un Seven Eleven, desayunamos snacks varios y café. Hay una clara diferencia al pedalear antes y después del desayuno. Hasta el humor cambia completamente.
El camino continuó entre subidas y bajadas en una carretera paralela al mar. Recordaba más un paisaje boscoso que uno tropical. Las tiendas de surf, alguna palmera y letreros de evacuación en caso de Tsunami, le recordaban a uno que la playa estaba a escasos metros, pero no se veía el agua. Casi no había poblaciones, tan solo casas desperdigadas entre campos de cultivo y las omni presentes máquinas expendedoras.
No tardamos en llegar a Irago. Una última subida con vistas panorámicas, su respectiva bajada y en seguida el puerto. No había mucho más; según el mapa había un club de golf, varios hoteles de playa y el gran centro de descanso/cafeteria/tienda de regalos junto al puerto. Estaba nublado y ya hacía rato que lloviznaba, así que tras comprar los billetes de Ferry, nos metimos a matar el tiempo ahí. Vendían productos de la zona, mucho pescado seco, algas y botanas varias con sabor a marisco. Compramos una chela y una bolsa de estas frituras, que traían diferentes galletas y crujientes bocadillos (parecidos al "pan de gamba" que sirven en los chinos en España) con sabor a pulpo, camarón, pescados varios, algas, etc. Ya con el lunch listo, procedimos a abordar al gran ferry. Bicicletas antes que coches! Fuimos los primeros en pasar.
Siempre me ha gustado viajar en Ferry y barcos en general! Y éste no fue la excepción. Con sus distintas cubiertas, su cafetería, mesitas, área de descanso para tumbarse... opté por disfrutar del interior más que del exterior, donde seguía lloviznando. Además encontré una mesa con enchufes para saciar mi más reciente obsesión: recargar electrónicos! El viaje se hizo corto, y en menos de una hora estábamos bajando del gran Ferry. Bienvenidos a Toba!
Pedaleamos hacia la ciudad de Ise, en dirección opuesta al "Parque España" (parque temático de "Supein"). En poco tiempo llegamos a Meotoiwa, un centro sagrado a la orilla del mar, con distintos templos, santuarios y unas hermosas rocas en el mar, atadas con cuerdas gigantes que simbolizan su unión en matrimonio. El paso por esta zona además de ser muy bonito, nos ayudó a eludir un paso montañoso justo antes de llegar a Ise.
Saliendo de la zona sagrada ya comenzaba a notarse el estilo antiguo de las casas de la zona: Las típicas casitas de madera, con ventanas de papel, puertas correderas y suelos de tatami, techos curvos con teja japonesa, y esos magníficos jardines con fuentecitas y farolillos.
Unos cuantos kilómetros más y estábamos llegando a nuestro Guest House en el centro de Ise. Esperábamos pasar ahí una sola noche, para resguardarnos de la lluvia. Aun no sabíamos que la llovizna era parte de nuestro tercer tifón!
Nos perdimos un poco, pero encontramos el Tsumugiya Guesthouse, una increíble casa antigua remodelada como hostal. Este guest house, su dueña Tomomi, los otros viajeros, la ciudad de Ise y su Udon, merecen su propia entrada en el Blog...
Valientes !!! Despues de tanto "tifon" quedareis inmunes al agua y al temporal. Espero veros pronto sanos y salvos. Un beso.
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